Peritaje Subacuático

 Peritaje Subacuático, grafología y buceo por Francisco Mascaró.

 

Buzo de Gran profundidad Profesional y Perito Judicial Calígrafo.

En el medio acuático, los sistemas de comunicación son actualmente tecnológicos, aunque también son usados los medios visuales (manuales y luminosos). Desde el punto de vista tecnológico, son ante todo comunicación por cable (en algunos casos inalámbrica) "superficie – buceador" y "buceador – buceador".

En cualquier curso de formación de buceo (profesional o comercial y deportivo o recreacional), se aprenden una serie de señales manuales que todos debemos aprender y saber interpretar. La distancia efectiva de estas señales, dependen de la visibilidad del medio y luminosas en buceos nocturnos. En algunos casos, si el compañero de inmersión no está al tanto de nosotros hay que avisarlo con señales sonoras.

No hace tantos años, los buzos clásicos usaban una guía en contacto directo con la superficie y a base de tirones se transmitían las señales. Lo paradójico es que en aquel caso, por ejemplo una emergencia del buzo eran siete tirones (por parte del buzo con problemas), entonces el operador de superficie actuaba en respuesta adecuada.

Imagínese el confirmar la señal y el buzo sumergido con problemas vuelta a los tirones (...)

También son empleadas unas tablillas llamadas pizarras de buceo,  no muy grandes pero eficaces, sirven para cualquier tipo de anotación e interpretarla después en superficie. Son usadas para clasificación de muestras, anotar medidas, fotografía submarina o ya vienen impresas con datos, como es el caso de las tablas de descompresión.

En el periodo formativo con personas con discapacidad, en el ámbito de discapacitados sensoriales y más particularmente con ciegos y discapacitados visuales, tuvimos que adaptar las señales con otra metodología que también hemos usado en inmersiones sin visibilidad (fango orgánico, aguas lodosas, pantanos, etc.) donde con linterna no se ve ni la palma de la mano. Cuando se trabaja "codo con codo", es decir en equipo y hay que comunicar algo al compañero, en estas condiciones no sirven las señales manuales ni las pizarras.

Si sumamos condiciones extremas de profundidad, frío, oscuridad y la responsabilidad del trabajo bien realizado, le podemos añadir algún fallo en las comunicaciones, que la herramienta en cuestión deja de funcionar o simplemente que no llega aire para respirar; por avería o descuido del operador en la superficie.

Todos estos incidentes crean una fuerte carga de estrés que ocasionalmente provocan accidentes, además de los propios generales incluidos en el buceo deportivo.

Pues bien, en este caso concreto que nos ocupa, tenemos al buzo profesional que llamaremos Txomín, curtido en mil buceos y compañero en la II Guerra del Golfo. Ocurrió en un pantano de la Comunidad de Madrid. Aunque en la superficie había casi 40º típicos de un mes de agosto, a 55 metros de profundidad sólo tenía 5º de temperatura.

Según declaró en el peritaje, en apenas diez minutos ya comenzó a sentir que el frío le iba calando los huesos y aproximadamente a los quince el temblequeo de una hipotermia. Con las comunicaciones no se le entendía nada, ya que no podía hablar del temblor de los dientes y se decidió que apuntara en una tablilla una serie de datos que después se analizarían.

La cuestión es que de repente aparece en superficie y el jefe de equipo, alertó una evacuación urgente porque era consciente que a esta profundidad había omitido las paradas reglamentarias de descompresión. Omitió y rebasó la velocidad de ascenso y las paradas de descompresión.

En superficie se sabe a que profundidad se encuentra el buzo en tiempo real. Si bien tienes un tiempo determinado, en el protocolo queda claro el tiempo que no debes rebasar. Aún así, "pueden tirar de ti y llevarte a superficie". Lo que está fuera de protocolo es que inicies el ascenso antes y no puedes "hablar por las comunicaciones"...

Txomín llega a superficie, con la mirada perdida, atontado y andares torpes, se le evacúa urgente al centro hiperbárico donde se le vuelve a comprimir... A los pocos días se le da el alta supuestamente sin secuelas, que le siguió una exploración médica completa sin novedad excepto "cosillas típicas como el dice": colesterol y tabaquismo.

Como perito de parte, es decir, contratado por el seguro, encontré en el examen minucioso del protocolo y material algo que me llamó poderosamente la atención: la tablilla de buceo donde Txomín iba anotando en su inmersión. La conclusión fueron síntomas claros de un fuerte estrés emocional, reflejados en la escritura y debido probablemente a una crisis de pareja que lleva arrastrando.

La empresa lo despidió, pensando quizás en un posible abuso de acohol o psicotrópicos.

Declaró que de repente notó la oscuridad y le entró una fuerte angustia. Está demostrado que cuando el estrés es, permanente y no circunstancial, el sistema inmunológico se vuelve más vulnerable (gripe, catarros), se duerme mal (baja el rendimiento intelectual y profesional, se pierde concentración y atención).

La angustia puede sobrevenir por diferentes causas y tiene diferentes manifestaciones, sin embargo, en todas ellas, existe un deterioro de la salud que afecta a nuestro mundo afectivo, profesional, intelectual y físico.

¿Cómo se apreciaron esos síntomas en la escritura de la pizarra?

Entre otros, en los siguientes rasgos físicos:

– Separación desigual entre palabras
– Finales muy largos
– Barras de "t" muy largas
– Cuchillos, pasillos, chimeneas o bolsas
– Margen de la derecha muy amplio
– Escritura filiforme
– Escritura hacia la derecha
– Escritura con tachones, sucia
– Presencia de temblores

Conclusión final, un psicólogo declaró que Txomín sufría un fuerte estrés emocional y permaneció de baja un tiempo determinado, quedando exonerado de toda culpa por se inconsciente del estado en que se encontarba. Fue readmitido en la empresa.